El protagonista, Isaías, fue una gran promesa de la arquitectura pero ahora, con 40 años, sobrevive como puede con su estudio, junto con su amigo Nico, mientras hace malabares para atender a sus dos hijos, todavía pequeños, al lado de su paciente esposa Ainhoa. Se siente fracasado en las perspectivas que tenía en su vida por ello, cuando se hace amigo de Sonia, madre de otro niño del cole, a ambos les une el desencanto, la percepción de que la vida adulta no es lo que esperaban.
Pocas películas españolas actuales contienen tantos mensajes que inequívocamente provocan el debate. Así, este film habla de crisis generacional, del paso de la juventud a la madurez en un contexto laboral complicado, más aún cuando se intenta sacar adelante una familia.
Los cuatro personajes principales de esta trama: Isaías, Ainhoa, Nico y Sonia son cada uno de ellos muy representativos. El primero todavía no ha madurado lo suficiente para saber lo que es realmente importante en la vida, por el contrario su mujer, Ainhoa, es la que "tira del carro" y tiene clara la belleza de la lucha de vida cotidiana. Nico ha sido siempre alérgico al compromiso pero, a medida que cumple años, se está dando cuenta de que ha perdido enormes oportunidades personales de ser feliz. Mientras que Sonia es una buena madre pero vive inquieta y obsesionada por detalles pueriles que tienen solo el valor que ella quiera darles.