Valderrobres |
Valderrobres es la capital de esta comarca y uno de los pueblos más bellos de la provincia. El imponente Puente de Piedras obre las aguas del río Matarraña recibe al viajero y supone la vía de entrada a un casco histórico repleto de callejuelas estrechas que conducen hasta el castillo, que data del siglo XII. El paraje tiene un aforo reducido y es necesario reservar plaza con antelación debido a la gran afluencia de público.
La región todavía no ha sido invadida por el turismo de masas y apuesta por un viajero de calidad que busca la calma del mundo rural, pero también una buena gastronomía y el confort de hoteles con encanto ubicados en ermitas, conventos, molinos y masías que intentan preservar los valores de la zona. La comarca del Matarraña marca en este sentido la diferencia porque no sólo tiene un buen puñado de casas rurales, sino que también cuenta con una amplia oferta de hoteles que cuidan al máximo el diseño y el medio ambiente.
Hotel Torre del Marqués |
La clave de este alojamiento y de otros de la zona es la de volver a conectar al usuario con la naturaleza.Torre del Marqués es una vuelta a los orígenes del mundo mediterráneo.
Un hostelero se dio cuenta de que había una demanda de un cliente internacional de alto poder adquisitivo, que buscaba un tipo de alojamiento que encontraba en "La Provenza francesa" o en "La Toscana italiana", pero no hallaba en España. De ahí surgió la idea de reformar esta masía que cuenta con una finca de 150 hectáreas, escondida entre montañas, y posee su propio huerto ecológico.
Beceite |
La comarca del Matarraña es rica en olivares y el aceite que produce este territorio es exquisito. En la población de Calaceite llegó a haber en 1901 un total de 34 fábricas aceiteras, que desaparecieron a causa de las fuertes heladas que arruinaron los olivos. En la actualidad, se ha hecho un esfuerzo para impulsar el aceite como motor económico y se han replantado miles de olivos.
La región esconde sorpresas como "La tirolina de Fuentespalda", la más larga de Europa de doble cable, o las "Rocas del Masmut", un impresionante monolito de 100 metros de altura. El peligro que corre la zona es morir de éxito, ya que en ocasiones la oferta de restaurantes y hoteles no puede cubrir la alta demanda turística, que no hace más que crecer.