En Madrid, hay lugares curiosos y enclaves con una rica historia que atraen a turistas de todo el mundo. Más allá de las calles famosas, la ciudad alberga puntos de gran interés, como una calle que destaca no solo por ser la más larga sino también por ser una de las más antiguas de Madrid. Su extensa historia añade profundidad a la riqueza de la capital.
Se trata de la calle Alcalá, una de las vías más largas de Madrid. Con una extensión de 10,5 kilómetros y 645 portales, esta calle alberga numerosas tiendas y restaurantes. Desde su origen en el kilómetro cero de la Puerta del Sol, se extiende hasta el distrito de San Blas-Canillejas, junto a la M-40.
Calle Alcalá, la más larga de Madrid
La calle Alcalá de Madrid atraviesa cinco distritos y 16 barrios de la ciudad. En su tramo inicial, conecta puntos emblemáticos como la Puerta del Sol, el Banco de España, la plaza de Cibeles con su fuente y el Palacio de Cibeles. Continúa hacia la plaza de la Independencia, donde se encuentra la Puerta de Alcalá, y atraviesa el Parque del Retiro antes de llegar al distrito de Salamanca.
La zona turística y monumental se centra en su tramo inicial, con actividad comercial en la confluencia con la calle de Goya. La calle prosigue hasta la plaza de Manuel Becerra, donde se encuentra la estatua del pintor, y luego se dirige a la plaza de toros de Las Ventas. Tras cruzar la M-30 por el Puente de Ventas, la calle continúa por los distritos de Ciudad Lineal y San Blas-Canillejas.
En los años 1960, Alcalá llegaba hasta Ventas y se rotulaba como «carretera de Aragón». Posteriormente, se amplió hasta la Ciudad Lineal y adoptó el término «avenida de Aragón». En los años 1990, el nombre de Alcalá absorbió al de avenida de Aragón. La zona actual es principalmente residencial, con comercio minorista y el centro comercial Alcalá Norte.
En la década del 2000, se inauguró una rotonda en Canillejas, conectando San Blas-Canillejas y Barajas. La calle Alcalá continúa en la acera de los pares, paralela a la Avenida de América, hasta el número 728, donde se encuentra un concesionario de Mercedes-Benz. Los números impares terminan administrativamente en el 631, aunque solo se señaliza hasta el 623. La calle culmina en el barrio de Rejas, junto al nudo de Eisenhower, en la autovía M-14.
Historia
La calle Alcalá, trazada en el siglo XV, se originó como un antiguo camino desde la Puerta del Sol hasta Alcalá de Henares y Aragón. Conocida inicialmente como la calle de los Olivares debido al olivar que atravesaba, perdió este nombre cuando la reina Isabel I La Católica ordenó talar el olivar por la presencia de malhechores. A lo largo de los siglos, experimentó transformaciones significativas, incluido el desarrollo del Banco de San Carlos (futuro Banco de España) y la construcción de la Plaza de la Independencia en el siglo XIX.
En el siglo XX, la calle Alcalá se extendió más allá de la Puerta de Alcalá y albergó instituciones financieras destacadas, como el Banco de España y La Equitativa. La modernización y expansión continuaron con la inauguración del Palacio de Comunicaciones y la construcción de la Gran Vía. A principios del siglo XXI, la calle experimentó reformas para hacerla más accesible y mejorar la estética, manteniendo su importancia histórica y arquitectónica.
Antigua cañada real
Entre las curiosidades de la calle Alcalá de Madrid, destaca el hecho de que en tiempos pasados la atravesaba una cañada real, una vía destinada al tránsito del ganado durante los movimientos de trashumancia. Legalizadas por Alfonso X "El Sabio" y controladas por el Consejo de la Mesta, aún hoy en día se celebra la fiesta de la trashumancia, donde rebaños de ovejas atraviesan la calle junto a la Puerta de Alcalá, sorprendiendo a los turistas.
Monumentos
La calle Alcalá de Madrid destaca por albergar numerosos monumentos a lo largo de su extensión, gracias a la influencia de aristócratas del siglo XIX que construyeron sus casas en ella. Entre estas construcciones, el edificio Metrópolis, ubicado en la esquina con la Gran Vía, es notable. Diseñado por los arquitectos franceses Jules y Raymond Février a principios del siglo XX, presenta un estilo ecléctico con elementos neobarrocos y modernistas, destacando su espectacular cúpula de pizarra con toques dorados de pan de oro.
Otro edificio emblemático es el Palacio de Telecomunicaciones, frente a la estatua de Cibeles, construido a principios del siglo XX con diseños de los arquitectos Joaquín Otamendi y Antonio Palacios. Originalmente sede de Correos y Telégrafos, en la actualidad alberga oficinas del Ayuntamiento de Madrid y un centro cultural.
En la plaza de Cibeles, el palacio del marqués de Linares, construido en el último tercio del siglo XIX por el arquitecto francés Adolf Ombrecht, destaca por su estilo ecléctico. Actualmente, este palacio alberga la Casa de América. Otros hermosos palacios en la calle incluyen el de Goyeneche, del siglo XVIII y diseñado por los hermanos Churriguera, y el de Buenavista, cuartel general del Ejército de Tierra.