Cristina Gutiérrez |
Un cambio de prototipo a última hora la colocó al volante de un Taurus. Era el favorito a la victoria, pero sonaban con fuerza como aspirantes los Goczal. Sin embargo, un cambio de guion tras la etapa seis que dejó a los polacos fuera de juego por incumplir las reglas, y quedó más abierta que nunca una categoría en la que Cristina llegó a la última etapa con 25 minutos de diferencia con Guthrie. El americano era uno de los nombres que estaban dentro de las quinielas de la española para disputar el triunfo y aunque lo tenía todo de cara para sentenciarlo en los últimos 175 kilómetros de Dakar, una vez más el Dakar demostró por qué no se puede dar nada por sentado en esta carrera.
Ni siquiera pudo llegar al primer punto de control el americano, que se quedaba parado en el km 7 del bucle por Yanbu que daba por concluida la carrera. Pasaban los minutos y mientras que su principal rival seguía parado por un problema en el turbo, Cristina salió a correr pero sin tomar demasiados riesgos en una especial donde ir fuera de los límites no merecía la pena. La española fue ajena a todo lo que sucedía por detrás, pero cuando llegó a meta tenía ¡26segundos de ventaja frente a Guthrie! Y a partir de ese momento se vivió mucha más tensión que la que soportó dentro del coche.
Rodeada por todos los presentes a orillas del Mar Rojo ante la máxima expectación de saber cuál sería el desenlace en la categoría, Cristina solo esperaba noticias que se hacían de rogar. El estadounidense tenía por delante 70 kilómetros cuando la española acabó la etapa y sólo faltaba que superase esa distancia para saber a favor de quién se decantaría el crono en una carrera que no tardó demasiado en ponerse a favor de Gutiérrez, a pesar de que en la meta el tiempo se hizo eterno. Desde la organización iban siguiendo el minuto a minuto y en una de esas revisiones, saltó la sorpresa. ¡Guthrie se había vuelto a parar por una avería en la caja de cambios!
En ese momento explotó la felicidad absoluta junto a un Taurus que cumplió con lo que se esperaba de él. Apostaron por el coche ganador y aunque hubo que sufrir hasta el último suspiro para despedirse de la categoría Challenger por todo lo alto antes de llegar a la clase reina con Dacia, como compañera de Loeb y Al Attiyah, lo importante es que todo el trabajo ha tenido su recompensa y Cristina lideró un podio donde otro español, Oriol Vidal, recogió el bronce (justo por detrás de un Guthrie que aguantó la segunda plaza) junto a su piloto Rokas Baciuska.