Seguro que en más de una ocasión te has planteado la pregunta de cómo se propaga la luz y a qué velocidad lo hace. Se trata de un fenómeno muy estudiado por la comunidad científica a lo largo de los años, y gracias a él se han realizado importantes avances tecnológicos en campos como la química o la física.
Para entender la forma en la que se propaga la luz por los espacios, lo primero y más importante es conocer exactamente qué es la luz. La Real Academia Española establece las siguientes definiciones: «Agente físico que hace visibles los objetos»; «Claridad que irradian los cuerpos en combustión, ignición o incandescencia».
La óptica es una rama que pertenece a la física y se dedica al estudio del comportamiento y las propiedades de la luz, así como los fenómenos relacionados. Una de las características más relevantes es la propagación en línea recta, lo que se puede comprobar de forma muy rápida y sencilla cuando entra la luz del sol por la ventana en una habitación en la que hay polvo en suspensión.
Así se propaga la luz
Se propaga en el vacío a una velocidad de 299.792.458 metros por segundo. Se trata de la velocidad más alta alcanzada por cualquier movimiento conocido. Es el movimiento más rápido que existe en la galaxia, o al menos en lo que la comunidad científica ha descubierto hasta la fecha.
Debemos saber que en la propagación de la luz se puede interponer cualquier objeto en el camino. De ser así, aparecen las sombras. Uno de los ámbitos de estudio de la óptica geométrica es precisamente las protecciones de sombras, que no producen necesariamente en línea recta. Si observamos cuando la luz pasa por una abertura estrecha o un objeto puntiagudo, se curva ligeramente.
Este fenómeno recibe el nombre de difracción, y es el responsable de que, al mirar por un agujero de pequeño tamaño, se vea todo distorsionado. Por esta razón, se han construido microscopios y telescopios basándose e estas propiedades, con el objetivo de conseguir un mayor incremento en lo que a la visión se refiere.
Y, por último, cabe señalar que la vida en la Tierra no sería posible sin la luz solar. Todos los seres vivos dependemos al 100% de ella para sobrevivir, y tiene un papel clave en muchas funciones del planeta, como los ciclos biogeoquímicos.