El pintor burgalés Ignacio del Río nació en 1936, una época complicada para la creatividad y el arte, marcada por la Guerra Civil. Esta sociedad hizo que del Río viajara a París y se empapara de numerosas corrientes pictóricas que marcaron su estilo y, en su regreso a Burgos, comenzó sus exposiciones de temática abstracta que le llevarían por diferentes ciudades españolas y, de nuevo, a París. Fue entonces cuando comenzó una etapa marcada por el constructivismo y en la cual, a través de la inquietud y el amor por la vida, describiría su vida personal y artística.
En esta exposición ‘Diez años sin tí’, un homenaje a Ignacio del Río, Cajaviva Caja Rural y Alba Díez, la comisaria de la muestra, buscan mostrar una faceta poco conocida del artista en el décimo aniversario de su muerte. Del Río era un talentoso artista plástico que dominaba el pincel y la plasticidad en la pintura al óleo y en lienzo.
Se trata de una veintena de obras producidas entre 1960 y principios de los años 2000, muchas de las cuales son prácticamente desconocidas para el público de Burgos.
La pintura de Ignacio del Río ha dejado un legado artístico que enseña lo importante y bella que es la vida.
