La lengua española está llena de expresiones y frases hechas que utilizamos en nuestro día a día sin cuestionarnos su origen. Una de ellas es la frase ‘dormirse en los laureles’, que solemos emplear para referirnos a alguien que se ha vuelto perezoso o conformista después de haber alcanzado cierto éxito. Pero, ¿de dónde viene esta expresión y cuál es su significado original?
Griegos y romanos
La expresión ‘dormirse en los laureles’ tiene sus raíces en la Antigua Grecia y en la Roma clásica. En aquel entonces, los laureles eran símbolo de triunfo y victoria. Los ganadores de los Juegos Olímpicos y otros certámenes deportivos eran premiados con una corona de laurel, como reconocimiento a su esfuerzo y habilidad. Por lo tanto, el laurel estaba asociado con el éxito y el reconocimiento público.
Sin embargo, a pesar de esta connotación positiva, el significado de la expresión actual es bastante diferente. Cuando decimos que alguien se ha dormido en los laureles, nos referimos a que esa persona ha dejado de esforzarse o de trabajar duro después de haber logrado cierta fama o reconocimiento. Es como si hubiera descansado sobre los logros obtenidos y se hubiera vuelto complaciente.
La frase va evolucionando
La evolución de la frase a lo largo de los siglos ha llevado a este cambio de significado. En la Edad Media, la expresión ya se utilizaba en el sentido actual, aunque con algunas variaciones. Por ejemplo, se decía ‘dormirse en los loureles’, utilizando la forma antigua del nombre laurel. Esta expresión era utilizada para referirse a aquellos caballeros que, después de haber ganado una batalla o alcanzado una posición destacada, se volvían perezosos y dejaban de luchar.
En el siglo XVIII, la frase evolucionó aún más y adquirió la forma que conocemos hoy en día. Durante este periodo, la expresión se popularizó en la literatura y se utilizaba para referirse a aquellos artistas o escritores que, después de haber alcanzado cierto éxito, se volvían pasivos y dejaban de producir obras de calidad. En este contexto, los laureles simbolizaban el reconocimiento y la fama, mientras que dormirse en ellos representaba la falta de trabajo y la falta de perseverancia.
La frase pasa al lenguaje coloquial
A lo largo del tiempo, la expresión ha perdurado en el lenguaje coloquial y se ha adaptado a diferentes contextos. Hoy en día, la utilizamos para referirnos a cualquier persona que, después de haber logrado algo importante, se queda estancada y deja de esforzarse por mejorar. Ya sea en el ámbito laboral, académico o personal, ‘dormirse en los laureles’ es considerado un comportamiento negativo que nos impide crecer y alcanzar nuevas metas.
Realmente, esta frase se ha convertido en una advertencia de que no debemos quedarnos estancados en nuestros logros, sino seguir trabajando y esforzándonos por crecer y mejorar.