Tres audiovisuales (en uno la inteligencia artificial hace hablar al protagonista), planos de catedrales y edificios civiles, dibujos de Saturnino López siguiendo sus diseños, menciones a los «errores» que le atribuyeron y detalles de sus obras conforman la exposición sobre esta figura clave en la arquitectura de entre siglos y en la historia urbanística de la ciudad. Al cumplirse el centenario de su muerte, el Ayuntamiento y la Institución Fernán González han levantando la exposición "Vicente Lampérez (1861-2013).Un arquitecto para Burgos", donde se ponen los cimientos que explican su relevancia. Porque con los conocimientos de la época y los cánones de restauración, Lampérez buscó aunar belleza y funcionalidad, lo mismo en edificios históricos que en inmuebles de uso común.
La muestra comisariada por María José Zaparaín y que se inauguró el lunes, ocupa las dos plantas del Arco de Santa María y la sala de Poridad, el espacio octogonal con techo artesonado. El piso bajo está dedicado al trabajo que realizó en las catedrales de Burgos, Cuenca y Toledo. Del templo gótico burgalés se señalan la capilla del Cristo, la verja de Pellejería, las agujas, el claustro, el castillete de las campanas o el altar mayor. Sin olvidar mencionar las polémicas, como las que recoge el conde de las Almenas en el libro Demostración de los errores artísticos de don Vicente Lampérez en Burgos.
La planta superior está dedicada a la obra civil y como elemento de unión entre ambos pisos se ha recreado la fachada de uno de sus edificios más conocidos, la Casa de Mercurio en el número 15 de la Plaza Mayor. Suyo es un edificio con balconada de la calle San Juan (52-54), el inmueble del Círculo de la calle Concepción, el colegio Niño Jesús o la restauración de la Casa del Cordón. En definitiva, lo que construye el relato son sus ideas pioneras y controvertidas, observar lo que se conserva, cómo lo ha tratado el tiempo y lo perdido.