Ruta del Cares (León-Asturias)
Este es uno de los itinerarios de montaña más conocidos de los Picos de Europa. Discurre por una garganta paralela al cauce del río homónimo, y el sendero está excavado en la roca. No es circular y se puede empezar en Caín (León) o en Poncebos (Asturias). La ruta completa (ida y vuelta) es de 24 kilómetros.
Senda de los Cazadores (Huesca)
En la provincia de Huesca se encuentra la Senda de los Cazadores, una ruta circular de 18 kilómetros que ofrece unas vistas increíbles al Valle de Ordesa. En el itinerario hay varios saltos de agua que son un auténtico espectáculo visual, como la "Catarata de Cola de Caballo", que fue nombrada «la mejor del mundo» por el diario ‘The Guardian’.
Ruta de Carlos V (Cáceres)
Si te apetece hacer senderismo por el Valle del Jerte en Semana Santa, la ruta de Carlos V entre Jarandilla de la Vera hasta el Monasterio de San Jerónimo de Yuste, donde el emperador Carlos V pasó sus últimos día de vida a mediados del siglo XVI. Es una ruta sencilla de 20 kilómetros (ida y vuelta). El Monasterio de Yuste fue declarado Patrimonio Europeo en 2007.
Los Puente Colgantes (Granada)
A escasos kilómetros de la ciudad de Granada y junto al desfiladero del río Monachil en Sierra Nevada se esconde la ruta de los Puentes Colgantes. Un itinerario precioso para hacer en familia. El recorrido es sencillo, en el que hay que atravesar varios puentes colgantes, túneles estrechos, cuevas, cascadas y piscinas naturales, así que la aventura está asegurada.
Cañones del Río Lozoya (Madrid)
En la Comunidad de Madrid, esta ruta de senderismo es tranquila y sencilla. Un itinerario circular de 8,4 kilómetros en la Sierra Norte que se puede hacer con niños ya que no tiene zonas de peligro. Este paraje recibe el nombre de "Garganta de las Calerizas" y el recorrido comienza en los restos de la "Presa Pontón de la Olivia", la más antigua de la región, aunque ya está en desuso.
Como puedes comprobar, en España hay multitud de rutas de senderismo para hacer en Semana Santa que merecen la pena. Estar en contacto con la naturaleza es muy beneficioso para la salud física y mental: aumenta la concentración, reduce el estrés, refuerza el sistema inmune, etc.
