miércoles, 12 de abril de 2023

Libros. "El mentiroso" de Mikel Santiago

Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira.

En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie.

Así arranca este thriller que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie.

Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que siempre resonaba por la casa, le despertó un apetito muy temprano por la música. De sus primeros libros recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Allan Poe. 

Comenzó escribiendo relatos y novelas cortas, y publicando sus propios e-books por internet, con lo que consiguió llegar a la lista de Best-Sellers de iTunes, Amazon y Barnes & Noble. Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir su primera novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock. La última noche en Tremore Beach, su debut literario, se ha convertido en un fenómeno desde antes de su publicación y le ha hecho ser comparado con algunos de los maestros de la novela de intriga, como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.