El gran actor Mathieu Amalric (La escafandra y la mariposa, El gran hotel Budapest) se pone detrás de la cámara para dirigir una historia sobre el dolor y el sentido de pérdida. Un relato emotivo que traspasa la pantalla.
Una mujer sale de su casa por la noche y deja en su hogar a su marido y sus dos hijos, una niña y un niño. ¿Qué motivos tiene para ese abandono?
Amalric, que ya tiene todo el reconocimiento como actor, se arriesga como cineasta al trasladar al cine una obra tan poética como compleja, "Je reviens de loin", escrita en 2003 por Claudine Galea, que juega con la imaginación y con el espacio temporal, pero que es sin duda una de las películas con una carga más dolorosa que hemos visto en el cine. Un largometraje que se mueve entre la realidad y el sueño en el que realizamos un viaje emocional con la protagonista que, en ocasiones, tiene momentos de desequilibrio y sólo en el desenlace descubriremos sus motivos.
Sobre la actriz austriaca Vicky Krieps (a la que veremos en los cines encarnando a Isabel de Austria en "La emperatriz rebelde") recae todo el peso de la película, donde realiza una actuación magistral.
Para disfrutar con este film nada sencillo, de ritmo muy lento, es imprescindible tener la consciencia de que se toma su propio "tempo" porque hay asuntos que son difíciles de transmitir de forma acelerada.