El proyecto se ha desarrollado en una línea energética con 800.000 euros de fondos propios del Ayuntamiento, lo que contribuirá a colocar a la catedral de Burgos en el mapa nacional. Gracias a esta nueva iluminación, se podrán observar elementos que eran visibles a la luz del día, tales como pináculos o vidrieras.
Además de resaltar elementos que pasaban desapercibidos, también se pretenden poner en valor las distintas puertas de la catedral, así como las que tienen menos uso y puedan ser advertidas por los turistas y ciudadanos.
La nueva iluminación dispondrá de 730 proyectores regulables punto a punto tanto en fachadas como en la cubierta, con una potencia de 25,5 kilovatios, lo que permitirá la iluminación por fases. Se podrá manejar desde la intensidad hasta el color, que será un blanco cálido abastecido desde el centro de suministro municipal.
Asimismo, a la vez que se inaugura el nuevo alumbrado se retirará la antigua iluminación, de la que aún quedan elementos, y que data de los años 80. Está previsto que esté lista para la Semana Santa y se pueda empezar a utilizar antes del Domingo de Ramos.
