Hoy puede parecernos increíble, incluso risueño, pero hasta hace un par de siglos los caballeros y las damas estaban obligados a salir con grandes sombreros de cuero y capas sobre sus atuendos siempre que llovía. Pero esto cambió con los diversos inventos, y debes saber quién inventó el paraguas plegable.
Estamos hablando del paraguas plegable, ese accesorio clave si pensamos que lloverá. Pero, ¿quién tuvo la idea de una estructura de tela que se abriera y cerrara según la necesidad?
Quién inventó el paraguas plegable
Inspirándose en unos antecedentes chinos de varios siglos atrás, este inventor que se valió de su experiencia como fabricante de carteras, fue clave para que la lluvia dejara de significar la reclusión de las personas.
Dominando los cierres metálicos de los complementos femeninos que eran y siguen siendo furor en las ciudades, Jean Marius desarrolló el primer paraguas moderno que consistía en una cubierta de tafetán verde engomada. Era impermeable y contaba con una estructura metálica parecida a las actuales, para abrirlo o cerrarlo.
El nuevo paraguas de Jean Marius era de tafetán e impermeable, sobre una estructura metálica para poder abrir y cerrar. Pero lo importante era poder plegarlo, porque si no resultaba demasiado incómodo de llevar. Para cerrarlo se apretaba un botón y para abrirlo se debía extender el mango. Vamos, algo que tampoco ha cambiado tanto desde entonces, si bien se ha sofisticado en materiales.
Este invento enseguida se expandió porque el inventor fue a presentarlo al rey Luis XIV y ya en el año 1710 lo vio como algo fantástico y esencial. De manera que le dio potestad al inventor para que lo pudiera producir.
A destacar que, en el año 1712, la princesa francesa Isabel Carlota compró uno de los paraguas de Marius, y fue entonces un accesorio imprescindible para las damas del país.
Y de aquí a hacer publicidad para dar a conocer este sencillo, pero ingenioso invento que se ha extendido a nuestros días. De hecho es importante porque los responsables de la Real Academia de Ciencias lo avalaron por su comodidad y resistencia.
Es más, tanto se popularizó, que en 1769, el paraguas plegable se llegó a alquilar por horas, una idea que no estaría mal pensar en este momento, si no fuera porque este artilugio es realmente económico. Pero lo usamos bastante poco.
Poco tiempo después, el inventor ya estaba comercializando sus paraguas con un sistema de apertura vía botón. Esos primeros paraguas estaban hechos en materiales más pesados, como acero, madera y cobre, pero por su versatilidad rápidamente fueron adoptados en toda Europa convirtiéndose en un símbolo de status de la época.
De hecho, uno de sus primeros clientes fue el propio rey Luis XIV que, maravillado con el artículo, promulgó una ley que le otorgaba al creador el monopolio sobre la producción de paraguas plegables para los siguientes cinco años.