La pintora fiel a su trayectoria artística nos presenta una escogida selección de sus últimos trabajos, en la que algunos de los temas recurrentes en su producción vuelven a hacerse presentes en esta muestra. Paisajes costeros y marinos, vistas en las que la vegetación adquiere un notable protagonismo, imágenes de campos en los que se detecta la presencia humana a través de trenes o molinos o el mundo animal son algunas de las pinturas de reminiscencias impresionistas en las que el potente color empleado por la artista dota a cada obra de una acusada personalidad. Pero nuestra pintora no sólo domina y se siente cómoda con las representaciones de amplias perspectivas. El íntimo mundo del bodegón y escenas de interior se halla igualmente muy representado a través de una serie de lienzos cargados de delicadas sutilezas.
Con ser muy destacadas todas estas producciones, quizá sea en la serie de trabajos ligados al arte del toreo donde la artista encuentra una mayor comodidad creativa. El apasionante mundo de la lidia queda reflejado en un conjunto de obras en las que se plasman las distintas suertes taurinas, captando la esencia de esos momentos efímeros, cargados de movimiento coreográfico, en los que el hombre se mide con el animal, obviando el ambiente externo para centrarse en ese apasionante encuentro entre toro y torero. Fiel a los planteamientos academicistas, esta serie se inspira en una clara plasmación de la realidad, aunque se juega magistralmente con unas formas que tienden a la disolución y con un valiente uso del color que llega a alcanzar, en ocasiones, connotaciones fauvistas, todo ello planteado en aras de lograr una mayor tensión en los instantes captados.
No podía faltar, en una exposición de esta pintora, uno de los géneros pictóricos que más ha cultivado y en los que ha logrado notables éxitos: la Abstracción. Un magnífico dominio de los recursos cromáticos, a veces puestos al servicio de creaciones en las que las formas, claramente ordenadas y jerarquizadas, dan como resultados creaciones de una profunda sensibilidad estética, aunque en otras ocasiones domine una técnica más automática en la que se evidencian reminiscencias de Pollock, no faltando incursiones por experiencias de carácter geométrico.
En definitiva, quien disfrute de esta muestra hasta el 3 de marzo en el Teatro Principal, podrá comprobar la capacidad de una artista que ha alcanzado una notable madurez, definida por el carácter poliédrico de sus producciones tanto desde una perspectiva temática como técnica, fiel a sus rasgos definitorios, pero también con capacidad de expresar novedades en relación a sus momentos creativos anteriores.