El Día Mundial de la Audición se celebra el 3 de marzo de cada año para crear conciencia sobre cómo prevenir la sordera y la pérdida de audición y promover el cuidado auditivo en todo el mundo. Este año se acompaña de la presentación del Primer Informe Mundial sobre la Audición elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Día Mundial y el Informe llaman la atención sobre las necesidades de todas las personas que viven con pérdida auditiva y enfermedades del oído o están en riesgo de padecerlas. El Día Mundial de la Audición 2023 insta a los gobiernos a integrar el cuidado del oído y la audición en los planes nacionales de salud.
Según información de la OMS, una de cada cuatro personas en el mundo sufrirá problemas auditivos en 2050. El primer informe mundial sobre audición plantea una serie de medidas y calcula un coste de 1,33 dólares (1,10 euros) por persona al año.
El informe propone un paquete de medidas, incluso iniciativas de salud pública que van desde reducir el ruido en los espacios públicos hasta aumentar las vacunas para enfermedades como la meningitis, que pueden provocar pérdida auditiva. También recomienda la detección sistemática para intentar identificar el problema en etapas clave de la vida de las personas. Entre los niños, la pérdida de audición podría ser prevenible en el 60% de los casos.
Según la OMS, más del 5% de la población mundial (360 millones de personas) padece pérdida de audición discapacitante (328 millones de adultos y 32 millones de niños).
Por pérdida de audición discapacitante se entiende una pérdida de audición superior a 40 dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30 dB en el oído con mejor audición en los niños. La mayoría de las personas afectadas vive en países de ingresos bajos y medianos. Aproximadamente una tercera parte de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante.
Las principales causas de pérdida de audición son:
- Infecciones crónicas del oído
- Enfermedades prevenibles mediante la vacunación, como la rubeola, el sarampión, la parotiditis y la meningitis
- Bajo peso al nacer, ictericia del recién nacido y falta de oxígeno durante el parto
- Ruidos excesivos
- Medicamentos, como la gentamicina y la estreptomicina
- El envejecimiento.
Según la OMS, la prevención primaria puede evitar la mitad de los casos de pérdida de audición. La pérdida de audición puede prevenirse en gran parte con medidas de salud pública como la vacunación, la atención de la salud de la madre y el niño y las prácticas seguras en materia de higiene del trabajo.
La detección e intervención tempranas son fundamentales para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición, en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño. En los lactantes y niños pequeños con pérdida de audición, la detección y el tratamiento tempranos en el marco de programas de detección auditiva neonatal pueden mejorar los resultados lingüísticos y escolares del niño al evitar los problemas de adquisición del lenguaje.