Frías |
Se encuentra entre los pueblos más bonitos de España y fue declarado Bien de Interés Cultural en 2005. Frías es conocida por su imponente castillo medieval, construido en el siglo X. Fue un símbolo en el valle de Tobalina y la pieza clave para el pueblo, ya que le concedió un valor estratégico encomiable que le abriría el camino de bonanza y fueros iniciado por Alfonso VIII de Castilla.
Es una aldea pero, pese a contar con cerca de 300 habitantes, ostenta el título de ciudad desde el siglo XV, cuando el propio rey se lo otorgó. Dentro de este rol defensivo que el rey ideó para la ciudad, se alzó también un recinto amurallado, bastante bien conservado en la actualidad, y un portentoso puente románico sobre el río Ebro.
Se trata de uno de los mejores ejemplos de puente medieval defensivos de toda la Península Ibérica. Y cuando uno se acerca a este imponente enclave, no duda de por qué es uno de los pueblos más bonitos de España.
Pero hay mucho más para visitar en esta pequeña ciudad de cuento. Intramuros destacan sus casas colgadas, menos famosas que las de Cuenca pero igual de llamativas y desafiantes a la gravedad. Llaman la atención porque fueron levantadas aprovechando el cortado rocoso y son uno de los mejores ejemplos de arquitectura defensiva que se conservan España.
También cuenta con varias iglesias románicas (la iglesia de San Vitores, la de San Vicente y la Ermita de Nuestra Señora de la Hoz) y casas palaciegas, que incrementan la riqueza de este precioso enclave, siendo la arquitectura popular y el placer de callejear su mayor atractivo. Destacan sus murallas, el convento de San Francisco, la iglesia de San Vítores, el lavadero y el convento de Vadillo. Un enclave único que cada vez atrae a más viajeros.