domingo, 24 de noviembre de 2024

Senderismo. Selva de Irati

Muchas veces, la forma de valorar uno de los tantos paisajes bonitos que tenemos en España es subir a alguna superficie elevada cercana. Gracias a las sierras y las
montañas que caracterizan la geografía nacional, varios de los rincones más hermosos se pueden apreciar desde las alturas. Considerando esta particularidad de nuestro territorio queremos destacar la plataforma suspendida en el vacío, siendo seguro uno de los mejores miradores de todo el país.

Para ello hay que trasladarse a la Selva de Irati, uno de los parajes naturales más increíbles y mejor conservados de la península ibérica en su totalidad. Recomendable en cualquier época del año, es sin embargo al final del otoño y el inicio de la primavera cuando más se luce. Por eso estamos en buenas semanas para hacer una escapada hasta allí aprovechando los días festivos. Sus senderos te sorprenderán, específicamente el que lleva a este mirador.

Cómo es la plataforma suspendida en el vacío

En este punto de interés enclavado en el Valle de Aezkoa, tienes algunas majestuosas vistas hacia buena parte de Navarra. Pero lo que más llama la atención de los turistas es su disposición, al estar en una pequeña plataforma de piedra suspendida.

No apta para quienes sufren de vértigo, vale la pena luchar contra la sensación de caída al vacío para capturar esas imágenes con el móvil o la retina.

Siendo una de las terrazas más extremas de España, por esta forma tan especial, lo bueno es que el camino para llegar al mirador no es nada difícil. Lamentablemente otros de los miradores aconsejables que hay en el país son de difícil acceso y eso impide que cualquiera pueda visitarlos libremente.

Este recorrido, que trae mínimas complicaciones a quien lo complete, tiene una extensión de casi siete kilómetros que no se realizan en línea recta. Aproximadamente durante dos horas, el viajero se acompaña por los ruidos de la naturaleza.

Se pueden divisar claramente sonidos como el constante murmullo del río Irati. Y asimismo la presencia, a modo de testigos de la caminata, de los picos: el Corona, el Larrogain, la Peña de Izaga y la Higa de Monreal.

Llega un punto en el que el bosque se abre de repente, y aparece ante nuestros ojos uno de los secretos mejor guardados de Navarra: este mirador. Seguramente haya algún que otro turista disfrutando del lugar, pero es un sitio en el que hay espacio para todos y nadie se queda sin diversión.

¿Qué se observa desde el mirador de Zamariain?

Más allá del cauce del río Irati, de los largos valles y las montañas locales, uno de los elementos que enseguida causa sensación es el robledal de Betelu. Incluso, los más atrevidos pueden fotografiarse recreando la típica postal de quien parece estar arrojándose al precipicio.

Concluida la travesía, se puede volver a Garayoa por el mismo camino por el que se llegó. Sugerimos deshacer lo andado con cuidado, ya que las bajadas pueden resultar más peligrosas que las subidas. Y sobre todo si se acude con niños pequeños, hay que estar pendientes de ellos para minimizar los riesgos.

¿Se puede ir en coche?

Para comodidad de los foráneos, hay un aparcamiento en el que pueden dejar sus vehículos y así dedicarse a disfrutar de la zona sin pensar en su coche. Mayormente, los visitantes van desde Pamplona, en un viaje de cerca de una hora por las carreteras de Aoiz/NA-150 y carretera del Irati / NA-2040. Ocasionalmente, algunos arriban desde algo más lejos, desde Sos del Rey Católico por las vías de Longuida, avenida de Aoiz y la NA-150.

Si buscas unas panorámicas preciosas y pasar una jornada en contacto con la naturaleza, este mirador es una excelente alternativa por la que optar.